Eran la 01:55 de ayer, cuando los vecinos del colegio San Vicente de Paúl se despertaron por el sonido de las sirenas de los carros de bomberos, que llegaron de diferentes cantones para apagar el incendio que consumió las instalaciones en su totalidad. En este plantel estudiaban 800 alumnos, entre hombres y mujeres, de nivel primario, secundario y superior.
Un cortocircuito que ocurrió en una de las esquinas de la parte alta del colegio inició el incendio que consumió el inmueble, que ocupa dos manzanas del centro de Riobamba, en las calles 5 de Junio y Villarroel.
Los habitantes del sector pasaron un gran susto por la magnitud del siniestro, pues la fuerza del viento les hacía presumir que el fuego se propagaría a otros inmuebles.
“Tengo 30 años en el Cuerpo de Bomberos y este es el incendio más fuerte en el que he tenido que trabajar; dimos lo mejor de nosotros para poder controlar el fuego, sin embargo, las características de la construcción facilitaron que las llamas se incrementen y destruyan casi todo”, reconoció Lucio Velasteguí, subteniente de la compañía de Riobamba.
Ayuda de otros cantones
El material de la cubierta del edificio que incluye carrizo, cancagua y plástico en medio de las tejas, facilitó la combustión y puso en aprietos a los bomberos que participaron en el operativo, que se extendió hasta las primeras horas de la mañana.
La emergencia obligó a movilizar personal y unidades de la casaca roja de los cantones Colta, Guamote, Guano, Penipe, Alausí y Ambato.
Según Velasteguí, durante más de tres horas las llamas consumieron el edificio, aunque la desgracia pudo ser mayor si llegaban a explotar los tanques de gas que estaban ubicados en los bares del establecimiento educativo.
El apoyo de las unidades de otros cantones no fue suficiente. Bomberos voluntarios, padres de familia y vecinos del lugar salieron de sus viviendas para tratar de ayudar.
“El miedo era porque nuestras casas podían también ser parte de esta desgracia; por ello preparamos a nuestras familias por si se debía salir y mojábamos las paredes por precaución”, indicó Luis Vizuete, vecino del colegio.
El aporte de los habitantes del centro de Riobamba consistió en entregar agua desde tomas de sus casas, ofrecer un vaso con agua y comida, o una taza de café a los bomberos que terminaron exhaustos y con frío debido a la baja temperatura de la madrugada.
“Cuando las llamas llegaron a la capilla muchos se santiguaron”, dijo. Pero del plantel católico solo quedó casi intacta la imagen de la Virgen Inmaculada, patrona del colegio, ligeramente manchada con ceniza.
El fuego fue controlado antes de que contamine el teatro del colegio y el convento en el que habitan las religiosas de la congregación Hijas de la Caridad. Las monjas resultaron ilesas, pues lograron evacuar a tiempo, debido a que el fuego empezó en un sitio opuesto.
En la mañana el lugar se llenó de curiosos, estudiantes y personal del Municipio; mientras investigadores del Cuerpo de Bomberos realizaban el peritaje del incendio.
El inspector del Cuerpo de Bomberos, Franklin Real, informó que un cortocircuito desató las llamas que, en una reacción en cadena, consumieron el cableado que llevó el fuego a las cubiertas y los techos circundantes. Los pisos, las puertas, los laboratorios y demás espacios para uso de los maestros y los estudiantes también fueron afectados.
Patricio Zarate, técnico municipal, explicó que se realizará la evaluación física de los daños, trabajo que definirá la cantidad de obra y la proporción técnica para la rehabilitación. Cuadrillas de trabajadores municipales empiezan los trabajos hoy para la remoción de escombros; se espera la colaboración de personal de la Brigada Blindada Galápagos.
(do site express.ec)
Eran la 01:55 de ayer, cuando los vecinos del colegio San Vicente de Paúl se despertaron por el sonido de las sirenas de los carros de bomberos, que llegaron de diferentes cantones para apagar el incendio que consumió las instalaciones en su totalidad. En este plantel estudiaban 800 alumnos, entre hombres y mujeres, de nivel primario, secundario y superior.
Un cortocircuito que ocurrió en una de las esquinas de la parte alta del colegio inició el incendio que consumió el inmueble, que ocupa dos manzanas del centro de Riobamba, en las calles 5 de Junio y Villarroel.
Los habitantes del sector pasaron un gran susto por la magnitud del siniestro, pues la fuerza del viento les hacía presumir que el fuego se propagaría a otros inmuebles.
“Tengo 30 años en el Cuerpo de Bomberos y este es el incendio más fuerte en el que he tenido que trabajar; dimos lo mejor de nosotros para poder controlar el fuego, sin embargo, las características de la construcción facilitaron que las llamas se incrementen y destruyan casi todo”, reconoció Lucio Velasteguí, subteniente de la compañía de Riobamba.
Ayuda de otros cantones
El material de la cubierta del edificio que incluye carrizo, cancagua y plástico en medio de las tejas, facilitó la combustión y puso en aprietos a los bomberos que participaron en el operativo, que se extendió hasta las primeras horas de la mañana.
La emergencia obligó a movilizar personal y unidades de la casaca roja de los cantones Colta, Guamote, Guano, Penipe, Alausí y Ambato.
Según Velasteguí, durante más de tres horas las llamas consumieron el edificio, aunque la desgracia pudo ser mayor si llegaban a explotar los tanques de gas que estaban ubicados en los bares del establecimiento educativo.
El apoyo de las unidades de otros cantones no fue suficiente. Bomberos voluntarios, padres de familia y vecinos del lugar salieron de sus viviendas para tratar de ayudar.
“El miedo era porque nuestras casas podían también ser parte de esta desgracia; por ello preparamos a nuestras familias por si se debía salir y mojábamos las paredes por precaución”, indicó Luis Vizuete, vecino del colegio.
El aporte de los habitantes del centro de Riobamba consistió en entregar agua desde tomas de sus casas, ofrecer un vaso con agua y comida, o una taza de café a los bomberos que terminaron exhaustos y con frío debido a la baja temperatura de la madrugada.
“Cuando las llamas llegaron a la capilla muchos se santiguaron”, dijo. Pero del plantel católico solo quedó casi intacta la imagen de la Virgen Inmaculada, patrona del colegio, ligeramente manchada con ceniza.
El fuego fue controlado antes de que contamine el teatro del colegio y el convento en el que habitan las religiosas de la congregación Hijas de la Caridad. Las monjas resultaron ilesas, pues lograron evacuar a tiempo, debido a que el fuego empezó en un sitio opuesto.
En la mañana el lugar se llenó de curiosos, estudiantes y personal del Municipio; mientras investigadores del Cuerpo de Bomberos realizaban el peritaje del incendio.
El inspector del Cuerpo de Bomberos, Franklin Real, informó que un cortocircuito desató las llamas que, en una reacción en cadena, consumieron el cableado que llevó el fuego a las cubiertas y los techos circundantes. Los pisos, las puertas, los laboratorios y demás espacios para uso de los maestros y los estudiantes también fueron afectados.
Patricio Zarate, técnico municipal, explicó que se realizará la evaluación física de los daños, trabajo que definirá la cantidad de obra y la proporción técnica para la rehabilitación. Cuadrillas de trabajadores municipales empiezan los trabajos hoy para la remoción de escombros; se espera la colaboración de personal de la Brigada Blindada Galápagos.
(do site express.ec)
