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Un Anticristo arrastra multitudes en Hispanoamérica
Sus seguidores se tatúan el 666
Un iluminado dice ser un Anticristo que es Cristo por segunda vez. Sus seguidores están tatuándose por toda América el célebre número de la Bestia del Apocalipsis de San Juan, el 666. Su movimiento se llama 'Creciendo en Gracia' y está en auge en todo el mundo hispano. José Luis de Jesús en 1988 anunció ser la encarnación del Apóstol Pablo, en el 2004 se proclamó Jesucristo hombre y ahora en el 2007 se autodenomina: El Anticristo. Que este puertorriqueño se crea Paulo, Jesucristo o el Anticristo sucesivamente parece bastante descabellado, pero está ocurriendo en el continente que es la reserva espiritual del catolicismo y al quer llega el Papa el próximo mes de mayo.
José Luis De Jesús Miranda tiene 60 años y nació en Ponce, Puerto Rico. Creció en un barrio pobre, estuvo en la cárcel por robo, y dice que se convirtió en un adicto a la heroína cuando tenía 14 años. De Joven pasó de grupo en grupo. Primero fue católico, luego pentecostal y hasta dijo ser bautista, pero tras una supuesta visión en 1973, se convirtió en un enviado del Señor. De Jesús cuenta que una noche de 1973, mientras vivía en el estado de Massachussets (USA), se despertó ante una visión de dos hombres al pie de su cama, quienes le anunciaron la llegada del Señor. Y Jesús, «vino y se integró en mí».
«Desde ese día, no puedo aprender de nadie más», le expresó De Jesús al rotativo semanal Miami New Times, del sur de Florida. Según él, una voz interior le manifestó que se debía trasladar a Miami. Estando allá y con la ayuda de un estudio de televisión, fundó Creciendo en Gracia. En 1998 De Jesús comenzó a pregonar que él era la reencarnación del Apóstol Pablo y dos años más tarde durante la convención mundial de Creciendo en Gracia, realizada en Venezuela, Miranda se proclamó ‘Jesucristo hombre’. «Dios amó tanto al pueblo de habla español que me envió en un cuerpo puertorriqueño» dijo al Diario de Hoy del Salvador.
El líder de Creciendo en Gracia preside una organización que incluye cerca de 300 congregaciones, 200 pastores, 287 programas de radio y varias paginas de Internet. Según Miranda tiene más de cien mil seguidores y asegura que su mensaje llega a millones de hogares más a través de su canal de televisión que transmite las 24 horas. El Miami Herald publicó recientemente que varios de los miembros de esta Iglesia son hombres de negocios que dan un porcentaje de sus ganancias a De Jesús. Donde quiera que va lo escoltan varios guardaespaldas y cuando se le pregunta por todas estas extravagancias por parte de “un mesías” responde -en obvia alusión a Jesucristo y sus apóstoles- que «mi antecesor tuvo doce». Miranda dice que todo lo que posee se lo han regalado sus seguidores, quienes le llaman Dios, Jesús hombre y hasta ‘papi’.
LE SIGUEN A PIES JUNTILLAS
'Que miles de feligreses lo sigan en cada una de sus transformaciones, es tan alarmante como peligroso', dice el medio digital evangélico Noticia Cristiana.
'El control que tiene sobre las personas es tan asombroso que sin importar lo que él diga la gente lo seguirá', declara Daniel Álvarez, profesor del Departamento de Estudios Religiosos de la Universidad Internacional de la Florida (FIU). “Yo solo espero que no se transforme en Jim Jones”, añadió. El poder de persuasión que De Jesús tiene sobre su congregación se hizo evidente recientemente cuando una gran cantidad de miembros de 'Creciendo en Gracia', imitando a su líder, se tatuaron el número 666 o las siglas SSS (seis, seis, seis) en sus cuellos, brazos o piernas.
“Esta es la congregación del Anticristo” aseguro De Jesús refiriéndose a los miembros de la secta que lidera desde su sede principal en el Doral, Florida. En un vídeo publicado en Internet, De Jesús se autodenomina el Anticristo de forma irónica. Él interpreta como Anticristo a todo aquel que no imita a Jesús de Nazaret, y como para él, imitarlo es un lujo que no se pude dar, entonces se convierte en Anticristo. Proclama que es «anti-Jesús de Nazareth, pero pro-Resucitado». Y entre otras aberraciones anti-bíblicas, asevera que el «pecado no existe» y que «el diablo no existe». Además se lamenta: «Es una pena que la gente confunda Anticristo con Satanás. El Anticristo es el mejor amigo de la iglesia porque hace que se vea a Jesús después de la cruz».
Daniel Álvarez, en entrevista con la cadena americana CBS4, declaró que De Jesús puede estar jugando con la ambigüedad de la palabra Anticristo, lo cual puede significar ‘tomar el lugar de Cristo’. En otras palabras, como él clama ser el Cristo de la segunda venida, rechaza continuar adorando al viejo Cristo: Jesús de Nazaret.
Los líderes cristianos aseveran que Miranda está distorsionando las Sagradas Escrituras con interpretaciones sesgadas para promover sus propios ideales. «Lo que él hace es tratar de crear su propia secta» expresó al diario Nuevo Herald de Miami el reverendo Julio Pérez de la congregación Nueva Esperanza.
UN MILLÓN DE SIMPATIZANTES
Miranda, de 60 años, predica que no existe el mal o el pecado, lo que ha despertado la ira de muchos cristianos, que le ven como a un farsante, y de algunos expertos que temen que lleve a sus feligreses a un destino tan macabro como el que encontraron los Davidianos del «profeta» David Koresh en la matanza de Waco, Texas, en 1993. Pero el fundador de Creciendo en Gracia sigue siendo recibido con mariachis en los aeropuertos. Miranda afirma que «el espíritu que habita en mí es el mismo que estaba en Jesús de Nazaret», lo que le convierte en el mismo Dios. Sus seguidores, ni que decir tiene, le adoran por ello. Se calcula que Miranda podría tener más de un millón de fans en lugares tan distantes como Australia, Argentina o España. «Jesucristo hombre» tiene un canal de televisión, programas de radio y varias websites para mantener la llama.
Tal como informa Marta G. Hontoria, corresponsal del diario español La Razón en Washington, lo que es indiscutible es la velocidad de su carrera religiosa. Nacido en Puerto Rico, Miranda creció en una familia pobre y desde niño se dedicó al robo y el trapicheo. Su adicción a la heroína le puso de patitas en la cárcel, donde parece ser que «volvió a nacer». Años más tarde, ya en EE UU, Miranda fundaba en Miami Creciendo en Gracia. Era 1986 y entonces aún no clamaba ser Dios, pero ya trabajaba como pastor adoctrinando a quien se pusiera por delante sobre la ausencia del pecado: «Todo el mundo está predestinado a salvarse». A medida que iba creciendo su congregación, Miranda se envalentonó y, en 1998, anunció ser la reencarnación del apóstol Pablo. Hace dos años, en una convención de Creciendo en Gracia en Venezuela se declaró así mismo Cristo.
Creciendo en Gracia siempre espera que sus feligreses sean generosos, y en sus reuniones el cepillo se pasa nada más empezar y acepta tarjetas de crédito. El año pasado se embolsaron 1,4 millones de dólares que administra con gracia Joane, la tesorera e hija de Miranda. Las aportaciones de su rebaño permiten al «pastor» llevar una vida confortable, como muestran los anillos de diamantes que lucen sus manos, sus relojes Rolex y los BMW y Lexus blindados («por protección») a las puertas de su casa.
TATUARSE EL NÚMERO DE LA BESTIA: EL 666
La RIES, una red de expertos y estudiosos católicos sobre el fenómeno sectario y la nueva religiosidad, en su Boletín 19, dedicado monográficamente a este tema, recogen también una notica de la agencia Associated Press, desde Florida, donde tiene su sede central la secta Creciendo en Gracia. Allí, rodeados de cámaras, un grupo de sonrientes y bien vestidos miembros del grupo se congregaron recientemente en un comercio de South Beach para hacerse tatuajes con el símbolo de su profeta: 666.
Los miembros de Creciendo en Gracia (Growing in Grace), secta con sede central en Doral -muy cerca de Miami- dicen que siguen el ejemplo de su líder, José Luis de Jesús Miranda, quien ha dicho ser Jesús y que recientemente se declaró el Anticristo. Los críticos han calificado a Miranda como el líder de una secta que manipula a sus seguidores. Los miembros responden que él les ha traído felicidad y plenitud espiritual.
"Esto confirma lo que yo creo realmente'', dijo Álvaro Albarracín, de 38 años, que dirige una productora cinematográfica que se incorporó a la secta hace más de una década. Mostró un vendaje que cubría un reciente tatuaje con el numeró 666 en su antebrazo. “Es como una marca. Como un signo”. Es un signo poco grato para la mayoría de los cristianos, ya que durante siglos esa cifra ha sido asociada con Satanás. Pero para la treintena de miembros que se tatuaron el 666 además de SSS -las siglas del lema de Miranda, “Salvo, siempre salvo”- es un marca de su absoluta fe en su líder.
Los miembros de la secta dicen que el símbolo no los vincula con Satanás sino con la afirmación de Miranda de que ha reemplazado las enseñanzas de Cristo con un nuevo evangelio. Los expertos y los críticos del movimiento dicen que los tatuajes ofrecen una prueba inquietante de la influencia que Miranda ejerce sobre sus seguidores.
En el salón de tatuajes de Doral, una mujer lucía una camiseta con el retrato de Miranda y la frase en español “El Señor ha llegado”. Otros vestían camisetas y gorras con el 666. Las cámaras enfocaban el sillón de tatuajes mientras la artista Jessica Segatto, con las manos enfundadas en guantes de goma rosados y con una voluminosa cruz de plata, tatuaba cuidadosamente el 666 en los tobillos, antebrazos, espalda y en un caso el cuello de los seguidores del grupo. Algunos miembros dijeron que decidieron asistir a la sesión de tatuaje -en respuesta a un anuncio de la secta la semana anterior- para demostrar su adhesión a la visión de su líder. Otros dijeron que esperaban que el símbolo provocase interrogantes sobre el movimiento. “Supuse que si lo tenía en la pierna la gente lo iba a notar y luego preguntar”, dijo la portavoz Axel Poessy.
Miranda -quien predica que el pecado y el demonio fueron destruidos cuando Jesús murió en la cruz y que los elegidos de Dios ya se han salvado- ha erigido un movimiento masivo en torno de su persona. Sus seguidores lo llaman “Papi” y “Dios” y lo inundan de regalos, como relojes Rolex de 5.000 dólares, y a veces el 40% o más de sus salarios. Los líderes evangélicos han denunciado a Miranda aduciendo que distorsiona el mensaje de la Biblia. El reverendo Julio Pérez, de Nueva Esperanza, un grupo comunitario religioso en Hialeah, dijo que Miranda se promovía a sí mismo en vez de ayudar a los miembros de su movimiento. “Lo que está haciendo es tratar de crear su propia secta'”.
Miranda tenía unos pocos centenares de seguidores cuando lanzó su iglesia en un depósito de Hialeah hace unos veinte años. Hoy lidera un movimiento global desde su sede en Doral que dice tener 335 centros de educación y una red de televisión de 24 horas en español que llega a dos millones de hogares, incluyendo por pedido especial de algunas compañías de cable. Solamente Miranda y su lugarteniente, Carlos Cestero, están autorizados a predicar.
En sus sermones, Miranda pone énfasis en la riqueza y el éxito como señales del favor de Dios. Muchos de sus miembros son propietarios de negocios que dan una parte de sus ganancias a Miranda, dijo Albarracín, que supervisa las donaciones corporativas a la iglesia y que ostenta el titulo “empresario de empresarios”. Albarracín, que maneja la productora fílmica Miami La Entertainment, dijo que entregó el 20% de sus ganancias al movimiento cuando vendió su empresa de conexión con la red, Dialtone, por más de 16 millones de dólares en 2001.
La guatemalteca Martita Roca, de 25 años, cantante del sur de la Florida y actriz, dijo que a veces entrega el 40% de su salario al movimiento. Dijo que tatuarse fue otro modo de demostrar su compromiso. “Para toda esa gente que ora por nosotros para que nos salgamos de este movimiento, esto demuestra que no damos marcha atrás”, agregó Roca de sus tatuajes. “Esto es para asegurarme de que todos me asocien con esta visión”. Luz Fuentes, de 51 años, una ex católica que se incorporó a Creciendo en Gracia en 1990, dijo que ella y su hermano dan al movimiento hasta el 50% de las ganancias de su empresa hipotecaria de Hallandale, Apos Mortgage. “Apos” es la abreviatura de “apóstol”, uno de los nombres que se le dan a Miranda. Este figura en el cibersitio de la compañía como su director general.
DE PAULO DE TARSO AL ANTICRISTO
“Anticristo” es el más reciente de una serie de títulos que Miranda se ha atribuido. En 1988, Miranda anunció que era la reencarnación del apóstol Pablo. En 1999, se autocalificó como “El otro”, un superser espiritual que viene sentar las bases para el segundo advenimiento de Cristo. En el 2004 proclamó ser Jesucristo. Esta afirmación hizo que algunos miembros prominentes desertaran del movimiento, incluyendo su primera esposa Nydia y su hijo José' Luis Jr., quienes iniciaron su propia iglesia en Puerto Rico.
En enero, durante un servicio en su iglesia, Miranda se sacó el abrigo y reveló el numeró 666 tatuado en un antebrazo. “Esta es una congregación de Anticristos”, afirmó, en medio de silbidos y vivas. El número 666 aparece en el Apocalipsis, en el Nuevo Testamento, que detalla la visión apocalíptica del apóstol Juan sobre el ascenso del Anticristo, las tribulaciones y el retorno de Cristo. En este libro bíblico, una bestia cornúpeta aparece sobre la Tierra y exige que todos graben su marca, el 666, en la mano derecha o en la frente.
Los expertos en nuevos movimientos religiosos dicen que la oposición de Miranda a otras religiones, y su atribución de ser la única autoridad espiritual legítima, semeja las enseñanzas de algunas sectas. “Es claramente un grupo de orientación personalista”, dijo Rick Ross, un asesor en la lucha contra las sectas con sede en Nueva Jersey. “Está definido por las afirmaciones de de Jesús Miranda''.
Nick Woodbury, director del grupo evangélico Cristo para Miami (Christ for Miami), dijo que la mayoría de los cristianos rechaza las enseñanzas de Creciendo en Gracia por considerarlas antibíblicas. “En el sector evangélico cristiano, los consideraríamos una secta”, agregó Woodbury, quien se ha desempeñado como misionero en Colombia del grupo Misión de Latinoamérica (Latin American Mission), con sede en Miami. “Toman la Biblia, pero su interpretación es muy distorsionada''.
Los seguidores de Miranda han arremetido contra la cristiandad organizada porque creen que su profeta sigue el verdadero evangelio, según dicen. Sus adherentes han perturbado el desarrollo de procesiones católicas en Viernes Santo y han protestado frente a una reunión de una iglesia evangélica en el Tropical Park de Miami. En julio, destruyeron folletos publicados por los Testigos de Jehová y otros movimientos cristianos durante una marcha por el centro de Miami. Los expertos preocupados por el crecimiento del movimiento dicen que esperan que la más reciente afirmación de Miranda provoque dudas entre algunos de sus seguidores.
UNA VISITA A COLOMBIA
En Colombia, el pasado 13 de marzo varios miembros de la secta se tatuaron en Bogotá —tal como lo habían anunciado— el 666, considerado bíblicamente como el “número de la bestia”. Dijeron que lo hicieron para sellar su alianza con el movimiento de José Luis de Jesús Miranda, quien se autodenomina “El Anticristo” y predica que “el pecado no existe”.
Según la información proporcionada por la agencia Asociated Press, la secta, que llegó a Colombia en 1993, ha sido criticada por manipular a sus adeptos y pedirles en algunos casos que le entreguen hasta el 50% de sus ingresos. Cuenta con unos 60.000 miembros según las estimaciones de su representante en el país. Los seguidores, entre ellos amas de casa, estudiantes y jubilados acudieron el pasado día 13 a un salón de tatuajes para que les grabaran el signo del 666 principalmente en los brazos. Lo hicieron ante la prensa. Hace una semana, un nutrido grupo de venezolanos se tatuó el citado número en Caracas.
“Le queremos enseñar al mundo que el 666 no es el símbolo de Satanás, sino el de Cristo hombre”, dijo Guío en referencia a De Jesús Miranda. “Él nos ha enseñado que la primera llegada de Cristo fue para limpiarnos del pecado”, dijo Kenneth Rosenow, un químico jubilado, de 65 años, quien junto con su esposa y sus tres hijos se tatuó el 666.
Añaden a esta noticia, en el diario colombiano El Tiempo, la entrevista realizada por Luis Alberto Miño a Nelson Castillo, un vigilante de edificio. Castillo tiene 39 años y fue católico y de los pentecostales, y pertenece desde hace tres años a Creciendo en Gracia, donde creen que el nuevo Jesucristo es un puertorriqueño llamado José Luis de Jesús Miranda, que vive en Miami, en una lujosa casa, anda en carros último modelo y se pone trajes finísimos, al que sus seguidores llaman 'Papi' o el 'Doctor de doctores' y sus detractores, falso profeta.
"El evangelio dice que todas las cosas fueron creadas por él y para él, es justo que las disfrute", piensa el vigilante, que fue camarero y barman, tiene tres hijos y su esposa, una evangélica, lo dejó porque no creía que Miranda fuera el nuevo hijo de Dios. En el segundo piso del lugar se encuentran un grupo de miembros de esta secta, que dice estar en 23 departamentos y tener unos 5.000 seguidores en el país, listos para ponerse la marca del anticristo. Entre ellos está Luis Martín Guío, su representante en Colombia, quien explica que ellos siguen el evangelio de Pablo y recita versículos. El vigilante se sienta en un sofá negro a esperar su turno.
Según informa el mismo periódico, los seguidores de esta secta en Cali también decidieron acatar la orden de tatuarse el temido número ese día. A las 2:30 de la tarde empezaron a llegar hasta Leos Tatoo, uno de los sitios de tatuaje más reconocidos de Cali. Dijeron que se acercaban en forma voluntaria. El 666 se lo hicieron grabar en los brazos. Decían que era su forma de protestar ante un engaño religioso y para que la gente le perdiera el miedo a este número asociado con la figura del Anticristo y para acabar también con el miedo que a través de los tiempos ha inspirado el Anticristo.
No sólo ha sido Colombia escenario de estas acciones realizadas por los adeptos de Creciendo en Gracia y retransmitidas por las cámaras a todo el mundo. También ese mismo día se tatuaron el número 666 varios seguidores costarricenses de José Luis de Jesús Miranda, según informó el medio digital Teletica. En el artículo firmado por Kattia Gómez se relataba que esta vez el escenario fue la localidad de Guápiles. Ahí unos 30 seguidores de quien se autodenomina Cristo hecho hombre visitaron una sala de tatuajes con la firme intención de marcarse en sus brazos las tres "s" o los tres 6. Todos forman parte del movimiento Creciendo en gracia.
Al lugar acudieron niños, jóvenes y adultos. Los esperaban con aguja y tinta en mano y hasta les hicieron precio. Uno a uno fueron pasando. Pero esta no es la primera vez que deciden marcar sus cuerpos, pues el 22 de febrero anterior, decenas de personas llegaron en masa al Mall San Pedro con ese objetivo. Hasta la hija del hombre que afirma ser el anticristo, una versión mejorada de Cristo se tatuó el numero como señal de orgullo ante el mundo, esto aunque meses atrás había manifestado que su padre estaba loco. Creciendo en Gracia llegó a Costa Rica en 1989 y según sus líderes en este momento ya hay más de 2.000 miembros. De hecho en octubre pasado cuando José Luis de Jesús Miranda estuvo en Costa Rica muchos respondieron a su llamado.
«Desde ese día, no puedo aprender de nadie más», le expresó De Jesús al rotativo semanal Miami New Times, del sur de Florida. Según él, una voz interior le manifestó que se debía trasladar a Miami. Estando allá y con la ayuda de un estudio de televisión, fundó Creciendo en Gracia. En 1998 De Jesús comenzó a pregonar que él era la reencarnación del Apóstol Pablo y dos años más tarde durante la convención mundial de Creciendo en Gracia, realizada en Venezuela, Miranda se proclamó ‘Jesucristo hombre’. «Dios amó tanto al pueblo de habla español que me envió en un cuerpo puertorriqueño» dijo al Diario de Hoy del Salvador.
El líder de Creciendo en Gracia preside una organización que incluye cerca de 300 congregaciones, 200 pastores, 287 programas de radio y varias paginas de Internet. Según Miranda tiene más de cien mil seguidores y asegura que su mensaje llega a millones de hogares más a través de su canal de televisión que transmite las 24 horas. El Miami Herald publicó recientemente que varios de los miembros de esta Iglesia son hombres de negocios que dan un porcentaje de sus ganancias a De Jesús. Donde quiera que va lo escoltan varios guardaespaldas y cuando se le pregunta por todas estas extravagancias por parte de “un mesías” responde -en obvia alusión a Jesucristo y sus apóstoles- que «mi antecesor tuvo doce». Miranda dice que todo lo que posee se lo han regalado sus seguidores, quienes le llaman Dios, Jesús hombre y hasta ‘papi’.
LE SIGUEN A PIES JUNTILLAS
'Que miles de feligreses lo sigan en cada una de sus transformaciones, es tan alarmante como peligroso', dice el medio digital evangélico Noticia Cristiana.
'El control que tiene sobre las personas es tan asombroso que sin importar lo que él diga la gente lo seguirá', declara Daniel Álvarez, profesor del Departamento de Estudios Religiosos de la Universidad Internacional de la Florida (FIU). “Yo solo espero que no se transforme en Jim Jones”, añadió. El poder de persuasión que De Jesús tiene sobre su congregación se hizo evidente recientemente cuando una gran cantidad de miembros de 'Creciendo en Gracia', imitando a su líder, se tatuaron el número 666 o las siglas SSS (seis, seis, seis) en sus cuellos, brazos o piernas.
“Esta es la congregación del Anticristo” aseguro De Jesús refiriéndose a los miembros de la secta que lidera desde su sede principal en el Doral, Florida. En un vídeo publicado en Internet, De Jesús se autodenomina el Anticristo de forma irónica. Él interpreta como Anticristo a todo aquel que no imita a Jesús de Nazaret, y como para él, imitarlo es un lujo que no se pude dar, entonces se convierte en Anticristo. Proclama que es «anti-Jesús de Nazareth, pero pro-Resucitado». Y entre otras aberraciones anti-bíblicas, asevera que el «pecado no existe» y que «el diablo no existe». Además se lamenta: «Es una pena que la gente confunda Anticristo con Satanás. El Anticristo es el mejor amigo de la iglesia porque hace que se vea a Jesús después de la cruz».
Daniel Álvarez, en entrevista con la cadena americana CBS4, declaró que De Jesús puede estar jugando con la ambigüedad de la palabra Anticristo, lo cual puede significar ‘tomar el lugar de Cristo’. En otras palabras, como él clama ser el Cristo de la segunda venida, rechaza continuar adorando al viejo Cristo: Jesús de Nazaret.
Los líderes cristianos aseveran que Miranda está distorsionando las Sagradas Escrituras con interpretaciones sesgadas para promover sus propios ideales. «Lo que él hace es tratar de crear su propia secta» expresó al diario Nuevo Herald de Miami el reverendo Julio Pérez de la congregación Nueva Esperanza.
UN MILLÓN DE SIMPATIZANTES
Miranda, de 60 años, predica que no existe el mal o el pecado, lo que ha despertado la ira de muchos cristianos, que le ven como a un farsante, y de algunos expertos que temen que lleve a sus feligreses a un destino tan macabro como el que encontraron los Davidianos del «profeta» David Koresh en la matanza de Waco, Texas, en 1993. Pero el fundador de Creciendo en Gracia sigue siendo recibido con mariachis en los aeropuertos. Miranda afirma que «el espíritu que habita en mí es el mismo que estaba en Jesús de Nazaret», lo que le convierte en el mismo Dios. Sus seguidores, ni que decir tiene, le adoran por ello. Se calcula que Miranda podría tener más de un millón de fans en lugares tan distantes como Australia, Argentina o España. «Jesucristo hombre» tiene un canal de televisión, programas de radio y varias websites para mantener la llama.
Tal como informa Marta G. Hontoria, corresponsal del diario español La Razón en Washington, lo que es indiscutible es la velocidad de su carrera religiosa. Nacido en Puerto Rico, Miranda creció en una familia pobre y desde niño se dedicó al robo y el trapicheo. Su adicción a la heroína le puso de patitas en la cárcel, donde parece ser que «volvió a nacer». Años más tarde, ya en EE UU, Miranda fundaba en Miami Creciendo en Gracia. Era 1986 y entonces aún no clamaba ser Dios, pero ya trabajaba como pastor adoctrinando a quien se pusiera por delante sobre la ausencia del pecado: «Todo el mundo está predestinado a salvarse». A medida que iba creciendo su congregación, Miranda se envalentonó y, en 1998, anunció ser la reencarnación del apóstol Pablo. Hace dos años, en una convención de Creciendo en Gracia en Venezuela se declaró así mismo Cristo.
Creciendo en Gracia siempre espera que sus feligreses sean generosos, y en sus reuniones el cepillo se pasa nada más empezar y acepta tarjetas de crédito. El año pasado se embolsaron 1,4 millones de dólares que administra con gracia Joane, la tesorera e hija de Miranda. Las aportaciones de su rebaño permiten al «pastor» llevar una vida confortable, como muestran los anillos de diamantes que lucen sus manos, sus relojes Rolex y los BMW y Lexus blindados («por protección») a las puertas de su casa.
TATUARSE EL NÚMERO DE LA BESTIA: EL 666
La RIES, una red de expertos y estudiosos católicos sobre el fenómeno sectario y la nueva religiosidad, en su Boletín 19, dedicado monográficamente a este tema, recogen también una notica de la agencia Associated Press, desde Florida, donde tiene su sede central la secta Creciendo en Gracia. Allí, rodeados de cámaras, un grupo de sonrientes y bien vestidos miembros del grupo se congregaron recientemente en un comercio de South Beach para hacerse tatuajes con el símbolo de su profeta: 666.
Los miembros de Creciendo en Gracia (Growing in Grace), secta con sede central en Doral -muy cerca de Miami- dicen que siguen el ejemplo de su líder, José Luis de Jesús Miranda, quien ha dicho ser Jesús y que recientemente se declaró el Anticristo. Los críticos han calificado a Miranda como el líder de una secta que manipula a sus seguidores. Los miembros responden que él les ha traído felicidad y plenitud espiritual.
"Esto confirma lo que yo creo realmente'', dijo Álvaro Albarracín, de 38 años, que dirige una productora cinematográfica que se incorporó a la secta hace más de una década. Mostró un vendaje que cubría un reciente tatuaje con el numeró 666 en su antebrazo. “Es como una marca. Como un signo”. Es un signo poco grato para la mayoría de los cristianos, ya que durante siglos esa cifra ha sido asociada con Satanás. Pero para la treintena de miembros que se tatuaron el 666 además de SSS -las siglas del lema de Miranda, “Salvo, siempre salvo”- es un marca de su absoluta fe en su líder.
Los miembros de la secta dicen que el símbolo no los vincula con Satanás sino con la afirmación de Miranda de que ha reemplazado las enseñanzas de Cristo con un nuevo evangelio. Los expertos y los críticos del movimiento dicen que los tatuajes ofrecen una prueba inquietante de la influencia que Miranda ejerce sobre sus seguidores.
En el salón de tatuajes de Doral, una mujer lucía una camiseta con el retrato de Miranda y la frase en español “El Señor ha llegado”. Otros vestían camisetas y gorras con el 666. Las cámaras enfocaban el sillón de tatuajes mientras la artista Jessica Segatto, con las manos enfundadas en guantes de goma rosados y con una voluminosa cruz de plata, tatuaba cuidadosamente el 666 en los tobillos, antebrazos, espalda y en un caso el cuello de los seguidores del grupo. Algunos miembros dijeron que decidieron asistir a la sesión de tatuaje -en respuesta a un anuncio de la secta la semana anterior- para demostrar su adhesión a la visión de su líder. Otros dijeron que esperaban que el símbolo provocase interrogantes sobre el movimiento. “Supuse que si lo tenía en la pierna la gente lo iba a notar y luego preguntar”, dijo la portavoz Axel Poessy.
Miranda -quien predica que el pecado y el demonio fueron destruidos cuando Jesús murió en la cruz y que los elegidos de Dios ya se han salvado- ha erigido un movimiento masivo en torno de su persona. Sus seguidores lo llaman “Papi” y “Dios” y lo inundan de regalos, como relojes Rolex de 5.000 dólares, y a veces el 40% o más de sus salarios. Los líderes evangélicos han denunciado a Miranda aduciendo que distorsiona el mensaje de la Biblia. El reverendo Julio Pérez, de Nueva Esperanza, un grupo comunitario religioso en Hialeah, dijo que Miranda se promovía a sí mismo en vez de ayudar a los miembros de su movimiento. “Lo que está haciendo es tratar de crear su propia secta'”.
Miranda tenía unos pocos centenares de seguidores cuando lanzó su iglesia en un depósito de Hialeah hace unos veinte años. Hoy lidera un movimiento global desde su sede en Doral que dice tener 335 centros de educación y una red de televisión de 24 horas en español que llega a dos millones de hogares, incluyendo por pedido especial de algunas compañías de cable. Solamente Miranda y su lugarteniente, Carlos Cestero, están autorizados a predicar.
En sus sermones, Miranda pone énfasis en la riqueza y el éxito como señales del favor de Dios. Muchos de sus miembros son propietarios de negocios que dan una parte de sus ganancias a Miranda, dijo Albarracín, que supervisa las donaciones corporativas a la iglesia y que ostenta el titulo “empresario de empresarios”. Albarracín, que maneja la productora fílmica Miami La Entertainment, dijo que entregó el 20% de sus ganancias al movimiento cuando vendió su empresa de conexión con la red, Dialtone, por más de 16 millones de dólares en 2001.
La guatemalteca Martita Roca, de 25 años, cantante del sur de la Florida y actriz, dijo que a veces entrega el 40% de su salario al movimiento. Dijo que tatuarse fue otro modo de demostrar su compromiso. “Para toda esa gente que ora por nosotros para que nos salgamos de este movimiento, esto demuestra que no damos marcha atrás”, agregó Roca de sus tatuajes. “Esto es para asegurarme de que todos me asocien con esta visión”. Luz Fuentes, de 51 años, una ex católica que se incorporó a Creciendo en Gracia en 1990, dijo que ella y su hermano dan al movimiento hasta el 50% de las ganancias de su empresa hipotecaria de Hallandale, Apos Mortgage. “Apos” es la abreviatura de “apóstol”, uno de los nombres que se le dan a Miranda. Este figura en el cibersitio de la compañía como su director general.
DE PAULO DE TARSO AL ANTICRISTO
“Anticristo” es el más reciente de una serie de títulos que Miranda se ha atribuido. En 1988, Miranda anunció que era la reencarnación del apóstol Pablo. En 1999, se autocalificó como “El otro”, un superser espiritual que viene sentar las bases para el segundo advenimiento de Cristo. En el 2004 proclamó ser Jesucristo. Esta afirmación hizo que algunos miembros prominentes desertaran del movimiento, incluyendo su primera esposa Nydia y su hijo José' Luis Jr., quienes iniciaron su propia iglesia en Puerto Rico.
En enero, durante un servicio en su iglesia, Miranda se sacó el abrigo y reveló el numeró 666 tatuado en un antebrazo. “Esta es una congregación de Anticristos”, afirmó, en medio de silbidos y vivas. El número 666 aparece en el Apocalipsis, en el Nuevo Testamento, que detalla la visión apocalíptica del apóstol Juan sobre el ascenso del Anticristo, las tribulaciones y el retorno de Cristo. En este libro bíblico, una bestia cornúpeta aparece sobre la Tierra y exige que todos graben su marca, el 666, en la mano derecha o en la frente.
Los expertos en nuevos movimientos religiosos dicen que la oposición de Miranda a otras religiones, y su atribución de ser la única autoridad espiritual legítima, semeja las enseñanzas de algunas sectas. “Es claramente un grupo de orientación personalista”, dijo Rick Ross, un asesor en la lucha contra las sectas con sede en Nueva Jersey. “Está definido por las afirmaciones de de Jesús Miranda''.
Nick Woodbury, director del grupo evangélico Cristo para Miami (Christ for Miami), dijo que la mayoría de los cristianos rechaza las enseñanzas de Creciendo en Gracia por considerarlas antibíblicas. “En el sector evangélico cristiano, los consideraríamos una secta”, agregó Woodbury, quien se ha desempeñado como misionero en Colombia del grupo Misión de Latinoamérica (Latin American Mission), con sede en Miami. “Toman la Biblia, pero su interpretación es muy distorsionada''.
Los seguidores de Miranda han arremetido contra la cristiandad organizada porque creen que su profeta sigue el verdadero evangelio, según dicen. Sus adherentes han perturbado el desarrollo de procesiones católicas en Viernes Santo y han protestado frente a una reunión de una iglesia evangélica en el Tropical Park de Miami. En julio, destruyeron folletos publicados por los Testigos de Jehová y otros movimientos cristianos durante una marcha por el centro de Miami. Los expertos preocupados por el crecimiento del movimiento dicen que esperan que la más reciente afirmación de Miranda provoque dudas entre algunos de sus seguidores.
UNA VISITA A COLOMBIA
En Colombia, el pasado 13 de marzo varios miembros de la secta se tatuaron en Bogotá —tal como lo habían anunciado— el 666, considerado bíblicamente como el “número de la bestia”. Dijeron que lo hicieron para sellar su alianza con el movimiento de José Luis de Jesús Miranda, quien se autodenomina “El Anticristo” y predica que “el pecado no existe”.
Según la información proporcionada por la agencia Asociated Press, la secta, que llegó a Colombia en 1993, ha sido criticada por manipular a sus adeptos y pedirles en algunos casos que le entreguen hasta el 50% de sus ingresos. Cuenta con unos 60.000 miembros según las estimaciones de su representante en el país. Los seguidores, entre ellos amas de casa, estudiantes y jubilados acudieron el pasado día 13 a un salón de tatuajes para que les grabaran el signo del 666 principalmente en los brazos. Lo hicieron ante la prensa. Hace una semana, un nutrido grupo de venezolanos se tatuó el citado número en Caracas.
“Le queremos enseñar al mundo que el 666 no es el símbolo de Satanás, sino el de Cristo hombre”, dijo Guío en referencia a De Jesús Miranda. “Él nos ha enseñado que la primera llegada de Cristo fue para limpiarnos del pecado”, dijo Kenneth Rosenow, un químico jubilado, de 65 años, quien junto con su esposa y sus tres hijos se tatuó el 666.
Añaden a esta noticia, en el diario colombiano El Tiempo, la entrevista realizada por Luis Alberto Miño a Nelson Castillo, un vigilante de edificio. Castillo tiene 39 años y fue católico y de los pentecostales, y pertenece desde hace tres años a Creciendo en Gracia, donde creen que el nuevo Jesucristo es un puertorriqueño llamado José Luis de Jesús Miranda, que vive en Miami, en una lujosa casa, anda en carros último modelo y se pone trajes finísimos, al que sus seguidores llaman 'Papi' o el 'Doctor de doctores' y sus detractores, falso profeta.
"El evangelio dice que todas las cosas fueron creadas por él y para él, es justo que las disfrute", piensa el vigilante, que fue camarero y barman, tiene tres hijos y su esposa, una evangélica, lo dejó porque no creía que Miranda fuera el nuevo hijo de Dios. En el segundo piso del lugar se encuentran un grupo de miembros de esta secta, que dice estar en 23 departamentos y tener unos 5.000 seguidores en el país, listos para ponerse la marca del anticristo. Entre ellos está Luis Martín Guío, su representante en Colombia, quien explica que ellos siguen el evangelio de Pablo y recita versículos. El vigilante se sienta en un sofá negro a esperar su turno.
- ¿Qué significa para ustedes el 666?
- Es la marca del anticristo, pero no del diablo, porque el diablo ya fue derrotado. Esta no es una secta satánica, este es el símbolo del nuevo hijo de Dios, el resucitado, que es nuestro señor Jesús Miranda.
- Entonces, ¿usted cree que él es el nuevo Jesucristo?
- Sí, totalmente. Es mi papi y me ha hecho feliz.
- ¿Y no le han dicho que está loco?
- Sí, mis compañeros de trabajo y en la unidad residencial donde vivo, me miran raro, pero no les hago caso porque vivo feliz, nosotros vamos a tener una recompensa.
- ¿Cuál recompensa?
- Nuestros cuerpos van a ser transformados por nuestro apóstol.
- ¿Y cómo sería eso, ustedes se convertirían en qué?
- Bendecido, eso no se lo puedo contestar.
- ¿Y eso cuándo va a ser?
- Todavía no sabemos.
Según informa el mismo periódico, los seguidores de esta secta en Cali también decidieron acatar la orden de tatuarse el temido número ese día. A las 2:30 de la tarde empezaron a llegar hasta Leos Tatoo, uno de los sitios de tatuaje más reconocidos de Cali. Dijeron que se acercaban en forma voluntaria. El 666 se lo hicieron grabar en los brazos. Decían que era su forma de protestar ante un engaño religioso y para que la gente le perdiera el miedo a este número asociado con la figura del Anticristo y para acabar también con el miedo que a través de los tiempos ha inspirado el Anticristo.
No sólo ha sido Colombia escenario de estas acciones realizadas por los adeptos de Creciendo en Gracia y retransmitidas por las cámaras a todo el mundo. También ese mismo día se tatuaron el número 666 varios seguidores costarricenses de José Luis de Jesús Miranda, según informó el medio digital Teletica. En el artículo firmado por Kattia Gómez se relataba que esta vez el escenario fue la localidad de Guápiles. Ahí unos 30 seguidores de quien se autodenomina Cristo hecho hombre visitaron una sala de tatuajes con la firme intención de marcarse en sus brazos las tres "s" o los tres 6. Todos forman parte del movimiento Creciendo en gracia.
Al lugar acudieron niños, jóvenes y adultos. Los esperaban con aguja y tinta en mano y hasta les hicieron precio. Uno a uno fueron pasando. Pero esta no es la primera vez que deciden marcar sus cuerpos, pues el 22 de febrero anterior, decenas de personas llegaron en masa al Mall San Pedro con ese objetivo. Hasta la hija del hombre que afirma ser el anticristo, una versión mejorada de Cristo se tatuó el numero como señal de orgullo ante el mundo, esto aunque meses atrás había manifestado que su padre estaba loco. Creciendo en Gracia llegó a Costa Rica en 1989 y según sus líderes en este momento ya hay más de 2.000 miembros. De hecho en octubre pasado cuando José Luis de Jesús Miranda estuvo en Costa Rica muchos respondieron a su llamado.
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